miércoles, 17 de abril de 2024

Las Gafas de Superman y su Identidad Secreta

Christopher Reeve como Clark Kent

Empecemos siendo claros y resaltando lo obvio: es imposible que una persona oculte su identidad con unas gafas. Ni con un antifaz ¿A alguien se le escapa cuando ve por primera vez La Princesa Prometida (1987) quien es el hombre de negro? Ni con una máscara que te cubra la parte inferior del rostro cuan ninja de Mortal Kombat y eso lo sabemos todos tras la pandemia. Quizás la mejor máscara de un superhéroe es la de Spider-Man y, si habla, igualmente se desvela el pastel. Pero estamos hablando de ficción y de un personaje al que le rebotan las balas, puede levantar un coche en vilo y volar. Ahora bien, partiendo de que es ficción, vamos a hacer hincapié en una serie de puntos que no la hacen más creíble pero sí un poquito menos increíble.

No todo el mundo estaría familiarizado con el rostro de Superman, y mucho menos con el de Clark Kent. En ese sentido lo primero que hay que tener en cuenta es que las primeras historias se desarrollan en la época en la que aparece por primera vez, en 1938. No había los medios de comunicación que hay hoy día y, si acaso, dentro de esa ficción, la mayor parte de la gente habría visto a Superman en fotos borrosas y en blanco y negro en los periódicos. Menos probable aún que hubieran visto la foto de un periodista que, es de suponer, pondría especial empeño en no aparecer en fotografías. Por eso a mí me parece absurdo que a alguien allá por los 70s se le ocurriera que era una buena idea que Clark dejara el Daily Planet para empezar a trabajar en un canal de televisión. Simplemente habría sido muy arriesgado.

Clark Kent contra el Superman malvado de Superman III
¿Podrían ser dos personas distintas o no? Reeve aportando una tercera personalidad.
 

También habría que tener en cuenta que las fotos no siempre te trasmiten bien cómo es físicamente una persona. Yo particularmente, para hacerme una idea de cómo es físicamente alguien a quien no he visto en persona, suelo necesitar ver al menos varias fotos. Una sola foto puede darte una imagen equivocada de cómo es la persona. Todos tenemos fotos en las que nos vemos mejor o peor.

Después está algo que posiblemente nos haya pasado a todos y es que ves continuamente a una determinada persona en su puesto de tu trabajo, siempre con el mismo uniforme, y un buen día la encuentras en cualquier otro lugar, con ropa de calle, y te saluda y, momentáneamente al menos, te desubica. Sabes que conoces a esa persona, pero verla en un contexto completamente distinto y con otras ropas te confunde. Lo más probable es que solo tardes minutos en recordar quien es, pero a veces puede que lo dejes pasar y no sea hasta la siguiente vez que veas a esa persona donde sueles verla para que caigas en la cuenta. Eso es algo que pasa. Y lo que caracteriza a los superhéroes en general y a Superman en particular, es su uniforme. Si hubieras visto alguna vez a Superman, en persona, que no es alguien a quien verías habitualmente, y lo vieras tiempo después como Clark Kent es posible que te quedara esa sensación de que te suena su cara. Pero además, si es que llegara a ocurrir  que volvieras a ver Superman, ya que Metrópolis es muy grande, probablemente la grandeza del acontecimiento eclipsaría que pudieras conectar ambas cosas.

Esbozos de Clark y Superman por el dibujante Frank Quitely.

Y a todo esto habría que sumarle que hay gente que se parece a otra gente. Así de pronto me viene a la cabeza el increíble parecido de Christian Bale con James Brolin (padre de Josh Brolin), el que tenía Millie Bobby Brown de pequeña con la actriz Elisabeth Perkins (Big, 1987) o cómo continuamente hay gente que confunden a Matt Damon y Mark Wahlberg o a Liam Neeson y Ralph Fiennes. Pero además, en general, es que estamos acostumbrados a ello. Hay mucha gente que te recuerda a otra porque simplemente hay conjuntos de rasgos físicos que se repiten con frecuencia y acaban convirtiéndose en caras familiares sin que, excepto casos muy exagerados, intentemos recordar a quien. 

El tercer punto que está muy relacionado con el primero y el segundo es que nadie espera ver a Superman a su lado. Precisamente, hablando de Superman, recuerdo que estando en el instituto había un chico alto, delgado, que se parecía mucho a Christopher Reeve y obviamente nunca pensé que fuera él, solo alguien que se le parecía mucho. Y un ejemplo muy curioso es una anécdota que experimentó el actor Henry Cavill, quien se fue a Times Square, en Nueva York y no solo no llevaba gafas, sino que además llevaba una camiseta con el logo de Superman. Y se plantó justo donde había carteles promocionando Batman V Superman (2016). Y solo dos personas le pararon: una para preguntarle por donde quedaba Central Station y otra para decirle que no podía hacerse fotos delante de su establecimiento.


El cuarto punto es uno muy popular por la demostración que nos hizo Christopher Reeve en Superman (1978) y es el cambio físico entre ambas identidades: la modulación de la voz y, sobre todo, la postura y el lenguaje corporal. El cambio de postura. Si a eso le añadimos que Superman, como cualquier superhéroe, siempre lleva el mismo uniforme que le caracteriza, que resalta su musculatura, y que atrae más la atención que su propio rostro, en contraposición a los trajes que lleva Clark, que disimula su físico… hay un cambio notable. Cambia el peinado, y las gafas incluso podrían estar ligeramente tintadas para hacer que sus ojos parecieran más oscuros. La actriz Anette O’Toole, que hizo de Lana Lang en Superman III (1983), estuvo rodando con Christopher Reeve todas las escenas en la que este hacía de Clark, y pasaron unos meses antes de rodar sus escenas con Superman, y esta fue su experiencia:

“La primera vez que entré en el set no le vi porque tenían una habitación separada para él cuando hacía de Superman porque tenía que ponerse un montón de maquillaje, peluca y toda esa clase de cosas. Le había visto en la pantalla como Superman, pero no en persona. Así que voy caminado para el set y el escenario estaba muy oscuro. Oigo una voz que dice “Hola, Annette” Miro a mi derecha y fue como mirar una montaña. No bromeo, empecé a tartamudear y tener escalofríos. Allí estaba Superman. Llevaba el traje y todo puesto y, hablando sobre ello ahora, me dan escalofríos solo de pensarlo. Fue asombroso… por primera vez realmente sentí que no sabía quién era. No era Chris Reeve. Hablaba de una forma diferente, y tenía una energía totalmente distinta."

Lo que hacía Christopher Reeve al interpretar a ambos personajes se mostraba claramente en esta escena de la primera película. Atención al momento en el que Clark ya está dentro del apartamento y mientras Lois se va un momento a la habitación de al lado:


Finalmente, algo de lo que nos habla John Byrne en la miniserie El Hombre de Acero y es cuando Lex Luthor despide a una empleada que le pone delante de las narices que Clark Kent es Superman. Y es que simplemente Luthor es incapaz de contemplar la posibilidad de que alguien como Superman, que es casi un dios con todos esos poderes, decida vivir en un apartamento más en Metrópolis, tener un trabajo más o menos regular, y que vaya por la vida con ropas ordinarias y gafas. Porque él, Luthor, no lo haría y los seres humanos tendemos a medir el mundo tomándonos a nosotros mismos como medida. Si mañana aparece un superhéroe que puede volar, lanzar rayos por los ojos y volar y se parece a tu cartero lo último que se te ocurría es pensar que ese ser superpoderoso se dedica a llevarte el correo cuando no está salvando el mundo. Si no lo quieres ver, no lo ves.

Hay una anécdota muy graciosa que contó Rowan Atkinson en el programa de Graham Norton y es que, estando con unos amigos, se dio cuenta de que había un hombre que no dejaba de mirarlo, hasta que se le acercó y le preguntó si no le habían dicho nunca que se parecía al Mr. Bean ese. Atkinson le dijo que él era el actor que interpretaba a Mr. Bean… y no le creyó. No solo eso, cuanto más insistía en que era él, menos le creía e incluso parecía molestarle sus insistencia, a pesar de lo cual, el hombre seguía pensando que tenía un parecido increíble con Mr. Bean.

Luthor no se cree que Clark sea Superman
"Ningún hombre con el poder de Superman se haría pasar por un simple humano"

Dicho todo esto, no deja ser increíble que la gente que trata habitualmente con Clark como Lois Lane, Jimmy Olsen, etc. no lo reconozca. O la gente de su entorno como los compañeros de oficina del Daily Planet o los que lo han conocido en su juventud en Smallville. En los cómics se ha ido, a veces, más allá, sacándose de la manga cosas como que las gafas están construidas con tecnología kryptoniana que producen un efecto hipnótico o de disasociación. Pero la respuesta más simple es: es ficción y ni Superman, ni Batman, ni el Zorro, ni el Pirata Roberts podrían ocultar su identidad con sus respectivas máscaras delante de la gente que está familiarizada con sus rostros.


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